Álvaro de Luna en Las Ventas, UN(O) espectáculo en un millón

En la noche del viernes 15 de marzo, y tras el show pre-concierto, la Plaza de Toros de Las Ventas de Madrid estaba a la espera de que Álvaro de Luna subiera al escenario. Aparte de la actuación previa al cantante, el recinto no dejaba lugar al aburrimiento. La gente iba de un lado a otro entre barras de bebidas, un puesto de comida y hasta una Glam Cam 360º. El público esperaba ansioso, después de media hora en la que subían los ánimos y el calor el concierto empezó.

El telón rojo caía pero el color invadía el escenario bajo el efecto de las luces. El concierto se daba por empezado y no podía darse sin PORTARSE MAL mientras que unos cañones bañaban al público de tiras de confeti blanco. A esta le siguieron Cuando Éramos Dos y Nos quedará, y el entusiasmo crecía con cada canción.

El espectáculo no contó únicamente con la voz de Álvaro de Luna, así empezaba la primera colaboración de la noche: Hoy Festejo junto a TIMØ. En respuesta no faltaron los aplausos ni los gritos. A esta canción la sucedieron una serie de pistas incluidas asimismo en el último álbum del cantante, UNO. Cuatro Días, Tu Nombre, La Boca hacían que las voces del público sonaran junto a la del artista.

La diversidad de la discografía del cantante aportó Quizásy Levantaremos al sol. Tras estas canciones sorprendió al público con una reinterpretación de Tenía Tanto Que Dartedel reconocido grupo Nena Daconte.

“Quiero mucho ruido para unos tipos a los que admiro y quiero muchísimo”. Así introdujo el cantante la segunda colaboración de la noche junto al grupo asturiano Marlon. Acto seguido, un abrazo en el escenario y sonaron las primeras notas de Olvidé Olvidarte. Tras acabar, los vítores emocionados por parte del grupo les despidieron.

Incluso tras la segunda despedida de la noche el ánimo no decayó en ningún momento. El artista afianzaba su micrófono y La Jugada, Todo contigo sonaron por los altavoces del recinto. El segundo baño de confeti de color de la noche cubrió al público, esta vez bajo un manto de virutas rojas.

La canción llegó a su fin y el cantante salió del escenario pero el público no quería aceptar que se diera aún por terminado. En tan solo un minuto de murmullos el volumen fue aumentando hasta que un coro de voces pedía otra canción al unísono. No podía acabarse en un momento en el que la emoción se podía sentir entre la gente.

Unos minutos pasaron y Álvaro de Luna volvió al escenario, había dejado su camisa azul marino y camiseta de tirantes blanca atrás y se había vestido con una chaqueta motera negra y una camiseta de tirantes negra también. El público lo celebró y el concierto se reanudó.

Era el momento de Toda la Noche, sin embargo, eso no fue lo que duró la camiseta del cantante pues en el paso a la siguiente canción, Rockstar, se despojó de la prenda. En la penúltima canción echó la vista atrás con la actuación de Indios y Vaqueros. 



Por último, Juramento eterno de sal fue el broche final. El entusiasmo llevó al cantante a bajar del escenario y vivir la canción junto al público. La gente saltaba y cantaba, una celebración a la alegría y a disfrutar todos juntos.