Fotografías: Esther Vázquez
Redacción: Vanesa Gómez
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La noche del 8 de noviembre, León Benavente celebró una década de música en un concierto épico que dejó una marca imborrable. En La primera mitad del espectáculo tocaron las canciones que dieron vida a su primer disco y en orden según fueron grabadas con canciones como “Ser brigada” o “la ribera”
La energía desbordante que desprendía el escenario era palpable. León Benavente no solo tocó las canciones, las vivieron y las transmitieron con una pasión contagiosa. La conexión entre ellos y el público era eléctrica, creando una atmósfera que trascendía la mera ejecución musical.
La segunda parte del concierto fue un estallido de éxitos reconocidos. El público, entregado desde el primer acorde, se sumergió en un torbellino de emociones al escuchar esos himnos que han marcado momentos importantes en sus vidas como “Mítico “ o “Gloria” siendo recibidas con ovaciones y coreadas con devoción.
León Benavente, una banda más que consagrada, demostró una vez más por qué son referentes en la escena musical. Su energía en el escenario, combinada con la maestría técnica, confirmó la reputación de ofrecer directos fantásticos. No es sorpresa que todos los conciertos de esta gira de 10 años estén agotados; la demanda refleja la conexión especial que tienen con su audiencia.
En definitiva, el concierto de anoche fue un viaje a través del tiempo y del éxito, encapsulando la esencia vibrante de León Benavente. Una celebración de una década de música que quedará grabada en la memoria de quienes tuvieron el privilegio de ser parte de esta experiencia única que se vivió en la sala La paqui de Madrid.