13 mayo 2023 - Madrid
Redacción: Víctor Gonzalez Sánchez
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Carolina Durante ofrece el concierto más castizo de las fiestas de San Isidro
Tras un magnífico concierto en el WiZink Center el pasado 27 de enero, el grupo madrileño Carolina Durante actuó como plato grande de las fiestas de San Isidro. Los madrileños, que ya actuaron en las fiestas regionales en 2018, volvían a celebrar su alma más castiza ante los miles de asistentes. Un concierto gratuito y abierto para todos los “gatos”. Ante una pradera de San Isidro repleta de chulapos y chulapas con claveles y parpusas, el grupo ofreció un concierto lleno de energía y abierto para todos.
Uno de los conciertos más importantes de su carrera pues, jugaban en casa y celebraban la ciudad que les había visto crecer como banda. Y así fue que decidieron plasmarlo en su show. Llenaron el escenario de la flor más típica de estas fiestas, los claveles. También, crearon su propia parada de metro que recibía el nombre de Cuatro Chavales, que coincide también con su último álbum de estudio que publicaron en enero del pasado año. Un escenario castizo complementado por los cuatro integrantes de la banda vistiendo los trajes típicos de chulapos y la celebración quedó asegurada.
El pistoletazo de salida lo dio una moderna versión del chotis “Madrid” de Sara Montiel mezclado con unos sonidos al más puro estilo rock de la banda. Al empezar el show ya se veían chulapos saltando y disfrutando de la vibra del concierto. Momentos de dopamina acompañados del grupo madrileño del momento cantando sus hits como “Aaaaaa#$!&”. No faltaron tampoco sus temas más famosos como “Perdona (Ahora Sí que Sí)” o “Moreno de Contrabando”.
La conexión desde el primer momento con el público marcó el ritmo frenético que se sentiría por todo el concierto. Los fans se fundían en la masa que saltaba sin parar. Varios pogos se formaron entre el público, algunos incluso, demasiado violentos, nada fuera de lo común para un concierto de rock de este calibre. Sin duda, el público complementaba el espectáculo y lo convertía en una total obra maestra del punk-rock español del momento.
Incluso al terminar el concierto, se sentía esa frenética energía que reinaba durante el concierto. Los asistentes se dispersaban por la pradera tarareando los temas del grupo malasañero. Llegaba a su fin así un concierto lleno de emoción y frenesí que captaba a la perfección la esencia de Madrid, violento y apasionado.