Redacción: Ana Ferreira
Fotografía La visión de Anna
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La reconocida banda de reggae originaria de Puerto Rico y conocida como una de las más influyentes de toda Latinoamérica llevó a cabo el concierto que muchos fans estaban esperando desde febrero (la presentación tuvo que ser aplazada).
Antes del show principal dimos paso a Ire Pelusa, que pintó de colores la sala donde se reflejaban varias banderas de países del otro lado del charco. La velada empezó con mucho baile, risas, sabor y apoyo desde la pista a estas estrellas colombianas. Luego de esto el ambiente brindado por un DJ de reggae, nos preparó para lo demás.
Willy, el vocalista e integrante principal del grupo lideraba la actuación y, entre tema y tema, soltaba también alguna anécdota de su paso por Dublín, donde dice que se enfrentó al frío local y al que la banda no estaba preparada, motivo por el que su voz estaba aparentemente resentida y el ritmo de la actuación podría verse afectada, aunque el público no estuvo de acuerdo.
El local no estaba abarrotado de gente, pero el buen ambiente llenaba la sala en su lugar. Algunos asistentes comentaban que sería por el día elegido, siendo este un martes y con tantas personas que trabajarían al día siguiente, otros lo asociaban al estilo de música, “que no está hecho para todos los públicos” o “que no llena estadios o salas como esta”, pero lo cierto es que los que estuvimos en el lugar pudimos ser testigos de la magia que transmitía Cultura Profética desde el escenario, el amor y el cariño compartido y los más de veinte años de carrera musical que, dicho por el propio vocalista y fundador, se sentían como si estuviesen empezando otra vez, o despegando de nuevo.
Seleccionaron varios temas míticos de su repertorio como son “La complicidad”, “Ilegal”, “Rimas pa seducir”, “La espera” o “Para estar” pero también algunos temas más recientes como “Lento”, dedicado a esos días en los que uno despierta sin ganas.
El concierto fue especialmente bonito por toda la buena vibra que desprendían los músicos, un equipo conformado por más de diez artistas dispuestos a alegrar al público que pronto tendría que enfrentarse a una tormenta al abandonar el recinto.