Reportera: Miriam Méndez Gómez
Fotografía: Esther Vázquez
La Mari, de Chambao, sobre su nuevo trabajo discográfico: “En este álbum he encontrado mi lugar, mi sitio y mi florecimiento”
En una luminosa habitación del Hotel Princesa Plaza, me reciben unos ojos claros, escudriñadores y a la vez asertivos. “¿Cómo estás?”, dice la cantante mientras se acerca para abrazarme con cariño.
Ya acomodadas, con un café y dos vasos de agua encima de la mesa, comenzamos a charlar. “Tener música cerca ayuda mucho. Seguir haciendo conciertos, cantar y bailar, fue mi terapia”, confiesa María del Mar Rodríguez Carnero, más conocida como La Mari.
Líder desde 2005 de Chambao, banda que fundó junto con un grupo de amigos unos años atrás, publicó una decena de discos hasta 2018, cuando dijo adiós a este apellido que tan buenos momentos le ha dado durante más de veinte años.
¿En lo musical? Una artista de los pies a la cabeza, cuya voz ha protagonizado temas tan emblemáticos como ‘Pokito a Poko’ (2001), ‘Ahí estás tú’, (2003), ‘Papeles Mojados’ (2007) y, entre muchos otros, ‘Duende del Sur’ (2007). Tal ha sido el éxito cosechado en Europa y América Latina, que ha colaborado con artistas de la talla de Joan Manuel Serrat, Ricky Martin, Pau Donés o Juanito Makandé.
¿En lo personal? Una luchadora. Con la valentía por bandera y con un elogiable sentido del humor, narra uno de los episodios más oscuros de su vida. Y lo hace dando rienda suelta a ese desparpajo andaluz que tanto le caracteriza.
Durante más de media hora, hablamos de este “Nuevo ciclo” (2016) que comenzó hace unos años y que continúa con “En la cresta del ahora” (2023), nombre que bautiza su nueva gira de conciertos en directo y su próximo álbum, que verá la luz en septiembre. Pero, también, navegamos por sus capítulos más personales y releemos las páginas que cuentan las etapas más duras y felices de su vida.
La cantante deja entrever alguna que otra sorpresa que esconde su nuevo trabajo discográfico y, también, sus grandes pasiones. Todo ello en una entrevista donde la sinceridad y el corazón hablan solos y la emoción está a flor de piel.
Me gustaría comenzar recordando que llevas más de dos décadas en la música. ¿Qué sientes cuando miras atrás? ¿Cómo lo vives?
Pues lo vivo con satisfacción y alegría. Me parece una historia bonita la que estoy escribiendo, de mi propia vida. Me alegra mucho el hecho de haberme decidido, durante todo este tiempo, a seguir creando camino por aquí y no en otro lugar.
No soy mucho de mirar para atrás, pero, cuando lo hago, me doy cuenta de que me gusta mucho lo que he hecho, tanto cuando me he tropezado como cuando no. De todo aprende uno y yo sigo aprendiendo. Creo que, incluso de los momentos más complicados, es donde saco más partido para aprender y no repetir los mismos errores.
¿Qué lecciones guardas en tu mochila de la vida?
Una lección que me llevo es que me quiera, que me cuide y que lo mejor que puedo hacer por el mundo es valorarme a mi misma.
Cuando hablo de tropezar, me refiero a que, en la vida, no todo sale como a ti te gustaría. Por ejemplo, tener un cáncer de mama a los 30 años no estaba en mis planes. Este sabor amargo en ese momento de la vida me ha enseñado a valorar, más aún, el momento presente en el que estoy todo el rato.
Afortunadamente, hablo en presente, porque sigo aquí y me encanta vivir.
Además de ayudarte a valorar más la vida, ese episodio te ha llevado también a recibir numerosos reconocimientos. Concretamente, en 2016, obtuviste el Premio Galeno, concedido por el Colegio Oficial de Médicos de Málaga. Te describen como un ejemplo de esfuerzo, fortaleza y superación, animando a tantas personas a afrontar la enfermedad con valentía y tranquilidad.
Todos estos premios, así como los musicales, como, por ejemplo, los Premios Ondas, los agradezco un montón. Para mí es un agradecimiento de corazón, el hecho de que alguien me vea así desde fuera y quiera premiarme. Aun así, me gustaría también salir de toda esta expectativa.
Yo soy yo, en mi vida, en mi circunstancia. Amable y cariñosamente, no me gusta estar en este estandarte de ser un ejemplo de algo, porque luego me pesa mucho en la mochila. Cada persona es ejemplo de su propia vida y su historia y, por lo tanto, merecedora de ese premio.
Al fin y al cabo, esto me acarrea unas conversaciones internas de ponerme en un lugar donde yo no he querido estar. No he pedido ser un ejemplo de superación y valentía. Aunque todo esto es precioso, y lo agradezco mucho, me lo quito un poco de en medio. Si no, todo es muy alto, con muchas expectativas, y yo sigo siempre los mismos pasos, voy andando por el mismo camino.
Y este camino te lleva al 16 de abril, fecha en la que comenzaste tu nueva gira “En la cresta del ahora” (2023)
Efectivamente, empecé la gira el 16 de abril. No obstante, el primer single, ‘Mis flores’, se publicó el 17 de febrero de 2023. Fue producido por Rosario La Tremendita, que colabora tocando el bajo, y por Juan Medina.
Ahora estoy con el segundo sencillo, que se llama ‘Hijos de la música’ y que lanzamos el pasado 21 de abril. En cuanto al disco nuevo, está compuesto por 12 canciones. Además, voy a mostrar el álbum en la gira antes de sacarlo a la venta.
Para mí, hacerlo al revés es como un regalo o una curiosidad. Por lo tanto, si te vas a comprar una entrada para mi concierto, vas a disfrutar de canciones mías de Chambao, actualizadas musicalmente, y de los sencillos que estarán disponibles en mi nuevo trabajo artístico.
Además, el 26 de mayo tocas en La Paqui Club, en Madrid.
¡Sí! Arranco el 5 de mayo en Granada, el 12 en Badalona, en Fests de Maig, y el 19 de mayo estoy en Valencia, en la Sala Moon, que hace un montón que no voy a Valencia también. Aunque he estado antes de gira, hace mucho que no toco en otros sitios de los que voy ahora con este nuevo disco.
Y en Madrid estoy en la Sala La Paqui Club, que antiguamente era la Sala But, el 26 de mayo. Hay conciertos hasta diciembre y, posteriormente, cruzaré el charco y viajaré a América Latina.
¿Qué tienes preparado para estas citas con tus seguidores?
Para esta gira cuento con Oliver Sierra (bajo), Manolo Toro (secuencia y programaciones), Juan Heredia (percusiones) y Ricardo Moreno (guitarra), que para mí es un honor, porque es un maestro y un artistazo.
También cuento con Agustín Carrillo (flauta y saxo) y con mi hermanito, que lleva conmigo ya un montón de tiempo y yo con él, Paco Vilches. Así, junto a Satélite K y Javi de Monoprod, que es mi mánager, estamos a tope con la gira. También, me acompañan técnicos de Málaga, como Lolo y Dani Pineda, que íbamos al instituto juntos y ahora nos hemos vuelto a encontrar.
Estoy muy ilusionada con haber comenzado ya la gira para este año.
¿Cómo ha sido el proceso de composición de este nuevo álbum?
El disco, que al igual que la gira se titula “En la cresta del ahora” ya tiene todas sus canciones grabadas, y saldrá en vinilo y en CD en septiembre.
En cuanto al proceso de grabación y composición, en noviembre me fui a Palma de Mallorca, a casa de Juan Medina, que antes era Juanito Makandé. Concretamente, estuvimos en La Luciérnaga estudio. Le presenté los temas y hablamos de cómo me gustaría hacer la producción del nuevo álbum.
Mi idea era volver a esta fusión que empecé en Chambao, como flamenco electrónico mestizo, utilizando toda esta música de raíz, este instrumento de cuero y de semillas y mezclarlo con flamenco y con electrónica. Por supuesto, en 21 años, esta fusión, así como la manera de grabarlo y de trasladarlo al directo, ha cambiado mucho.
En enero empezamos a grabar el disco y comenzamos construyendo el esqueleto de las canciones con guitarra, guitarra de Juan y guitarra de Ricardo Moreno, ya que todo el disco está a doble guitarra. A partir de este momento, llamé a Manuel Reina (batería) y a Josep Pou, que ha sido también un auténtico descubrimiento, es un musicazo. Pou es muy joven, entiende mucho de melodías, estudia un montón y sigue estudiando. En esta ocasión, se encarga de los sintetizadores y de las teclas.
Me parece muy guay el hecho de, antes de subirte a un escenario, ponerte a estudiar, y considero que, después de haber recorrido tantos escenarios, es algo que nosotros no hicimos y ahora sí hacemos. De verdad que me apetece un montón estudiar, realmente es muy bonito porque, cuando lo haces, te das cuenta de que todo coge una forma determinada y todo tiene un sentido.
Por su parte, Vincent García, de valencia, se encarga del bajo. También, Julián Heredia, un bajista muy flamenco, ha colaborado en otra canción, concretamente, una alegría. Y, finalmente, en ‘En la cresta del ahora’ también estará presente una guitarra eléctrica, que parte de una colaboración.
Lo cierto es que, este nuevo disco, cuenta con varias colaboraciones, pero no las voy a desvelar todavía [risas], porque, como el disco sale en septiembre, quiero ir poco a poco. De aquí a septiembre voy a lanzar cuatro sencillos y cuatro videoclips, y me gustaría ir descubriéndolo, despacito y con buena letra. Eso sí, ninguno de los temas que saco son con colaboraciones. Estas están en el disco asique, quién lo quiera descubrir, que se lo pille.
Estoy haciendo un álbum que me apetecía muchísimo publicar, donde ya he encontrado mi lugar, mi sitio y mi florecimiento. Todo ello, junto a Juan Medina, un maestro y un compañero que, cada vez que hablo de él, me emociono [se emociona].
Es muy generoso y da unos consejos buenísimos. Tenemos un momento muy parecido en la vida también y me he hermanado mucho con él. Le estoy muy agradecida por todo.
Cuando dices que en este álbum has encontrado tu sitio. ¿A qué te refieres exactamente? Quizás, ¿no te sentías tan cómoda en tus proyectos discográficos pasados?
No es que no me sintiera cómoda, sino que hace ocho años que no saco disco. En medio ha estado la pandemia, que, aunque durante este tiempo he estado haciendo conciertos y colaboraciones, un disco, como tal, no he grabado.
A lo largo de estos años, he hecho dos canciones: ‘La vida viene y va’ para la película “La lista de los deseos” y ‘Corazón valiente’, dedicada a Pablo Ráez. Pero comencé a sentirme incómoda dentro de mi propio proyecto por no comunicarme bien conmigo, por hacerme una película mental brutal, con sus personajes y demás, y sentirme como la extraña dentro de mi propia historia musical profesional. Empecé a pensar si debía hacer flamenco chill, flamenco electrónico… y a preguntarme quién soy yo verdaderamente y qué hago.
Por este motivo, en 2018, despedí el nombre de Chambao en el WiZink Center de Madrid y grabé un DVD con un montón de colaboraciones. De hecho, el concierto dura casi tres horas. Básicamente, despedí el nombre de Chambao porque, en ese momento, no encontraba mi lugar y no me entendía bien conmigo misma.
Además, hace aproximadamente cuatro años, empecé a estudiar, dentro del ámbito de desarrollo personal e Inteligencia emocional, Coaching y Programación Neurolingüística. A día de hoy, sigo estudiando Programación Neurolingüística. Me encanta, me ha ayudado bastante a comunicarme mejor conmigo y con quien tengo delante, así como a quererme y a cuidarme. Y creo que esto, como decía al principio de la entrevista, es lo mejor que puedo hacer por el mundo. Verdaderamente, como tú te trates es cómo estás tratando a todo lo externo.
Y, como dice una frase de florecimiento que se da dentro del cuarto single, que es un tanguillo, “La salida es hacia dentro”. He estado buscando fuera muchas cosas que no eran, y hasta ese momento no me había dado cuenta.
¿Qué estilos y géneros musicales predominan en “En la Cresta del Ahora”?
Dentro del Flamenco Chill de Chambao, me quedo con la fusión. Verdaderamente, soy una fusión entera, tanto en la música como a la hora de comer, de hablar o de vestirme. Al fin y al cabo, soy de Málaga, una ciudad muy cosmopolita, especialmente por el turismo, ya que Málaga ha vivido siempre del turismo.
Me he criado desde chica en una fusión total. En mi casa siempre se escucha mucha música y diferente. Mi madre es amante del flamenco y de la copla, y mi padre escucha todo tipo de música. En cuanto a mis hermanos, uno es más Funky, el otro es más de música española, y otro es seguidor de los grandes, como los Eagles o Supertramp. Es decir, tengo una mezcla y me encanta la mezcla. Este disco, dentro del flamenco y de la electrónica, va de fusión.
¿Y cuáles son las temáticas centrales de tu nuevo trabajo discográfico?
En cada canción, la letra habla mucho de cómo estoy hoy en día. Las 12 canciones, desde ‘Camino a casa’, que es la primera, hasta ‘Cuídate, cuídame, cuídanos’, que es la última, que, además, es una soleá, me meto de lleno en el flamenco. El álbum cuenta con una soleá, una alegría, una bulería, una colombiana, un tango…
En este sentido, también me han ayudado mucho Ricardo y Juan, y otra persona también, que es una colaboración, pero que todavía no quiero desvelar. Rosario me ha apoyado mucho también. Es una maestra. Me parece una artistaza que tiene una trayectoria de toda la vida y tengo mucho que aprender de ella. Es una tía muy templada.
¿Qué acogida están teniendo los sencillos que ya has lanzado del disco?
¡Está gustando un montón! Yo no esperaba nada y me emociona mucho hablar de esto. Muchas gracias, de verdad. Estoy muy agradecida. Súper agradecida. Es algo tan bonito, de verdad, sentir agradecimiento. Soy muy tierna. [Se emociona].
No esperaba nada. Este disco lo he hecho con Satélite K, que es la distribuidora donde he encontrado mi casa. La discográfica soy yo, todo me lo pago yo y lo he hecho porque quería hacerlo, pero no esperaba nada porque llevo muchos años sin hacer un disco nuevo. Lo único que sí esperaba es que me lo iba a tener que currar a tope porque me había despegado mucho.
Mi sorpresa ha sido que hay mucho cariño y muchas personas esperando a que lance nuevas canciones. Me están llegando comentarios preciosos de gente que, aunque no nos conocemos de nada, nos unen las canciones, nos une la música, y es muy bonito.
Eres un referente de la música, tanto nacional como internacional
Sí, pero yo no soy consciente de ello. Y cuando haces algo así de despegarte tanto y luego volver a la escena, que no lo he hecho tampoco nunca dentro de mi carrera musical, es precioso. Verdaderamente, siento una familia musical. [Se emociona].
Y, aunque no es mi familia de sangre, hay una conexión y una unión. Es mágico. Vivo esta conexión con mi público y, cuando estoy encima del escenario, lo veo en la cara de la gente, y nos tocamos y nos decimos y nos guiñamos.
Antes hablabas de colaboraciones, aunque no se puede decir nada, me gustaría preguntarte por las pasadas. ¿Cuáles han dejado más huella en ti?
De todas he aprendido muchas cosas y todas me han llevado a algo más, es decir, a sumar, que es lo suyo de las colaboraciones, tanto yo en ellos como ellos o ellas en mí.
Te puedo decir que Juanito Makandé me enseñó mucho en su día porque, todo lo que ha ocurrido desde entonces hasta ahora, ha sido muy real, especialmente en cuanto a decirnos verdades. Además de que, por supuesto, es un gran músico y un artista al que admiro. Pero considero que con pocos artistas con esa verdad me he cruzado en mi vida.
Por su parte, Pau Donés a mí me marcó un antes y un después. En el ámbito musical, Pau Donés es un compositor, letrista, musicazo… tiene mucho gusto para tocar la guitarra, así como otros instrumentos. En un aspecto más personal, me ayudó mucho con el tema del cáncer. Me diagnosticaron cáncer de mama justo cuando grabamos ‘Déjame vivir’, y cuando lo tuve, él siempre me decía “El cangrejo, el cangrejo”, refiriéndose al cáncer, por añadir un poco de humor al asunto.
Por otro lado, en cuestiones profesionales, también estuvo siempre a mi lado, sacando lo mejor de mí. De hecho, hay una sorpresa en la gira con Pau, lo sigo llevando conmigo. Me apetece subirlo conmigo al escenario y que esté allí, Pau sigue estando. En su último documental él decía que las personas que toquen su música, que lo hagan desde el buen gusto del respeto a la música, y así debe ser.
Ricky Martin también me marcó porque fue una colaboración inesperada y algo extraña. Cuando me lo propuso, yo pensaba que se estaba quedando conmigo [risas]. Realmente, surgió esta gran oportunidad porque con Chambao empecé a abrir camino en Latinoamérica.
Empezamos en Argentina, en Buenos Aires, en 2004. Sin duda, la llave que nos abrió la puerta de América Latina fue Argentina. De hecho, la demanda en Buenos Aires era exagerada. Además, entre 2006 y 2007, fuimos teloneros de Ricky Martin, y pude cantar ‘Tu recuerdo’ en su tour. Aprendí mucho también de él, porque es un currante. Tiene una capacidad exagerada de esfuerzo y de trabajo.
Además, es un artista que impresiona mucho. Es muy guapo, es muy alto, se mueve muy bien, canta muy bien. Sí, todo esto es verdad, pero, sobre todo, es un currante a tope. Lleva desde muy chico currando y ahí está. Se merece todos y cada uno de los premios que ha recibido y que seguirá recibiendo.
Te puedo decir muchas más colaboraciones que han dejado una huella permanente en mí: Serrat, Peret, Lila Downs, Cesárea Évora, Elbicho, Macaco, Amparo Sánchez, el Canijo de Jerez, que es mi hermanito total y hace unos temas brutales. Yo creo que El Canijo de Jerez cada día hace mejores discos.
También he trabajado con Iván Lins, que es un artista brasileiro, que es una pasada. Todos me han aportado y me han enseñado un montón y en ellos sigo. Por supuesto, no puedo no nombrar a Javi Medina, tan característico por esa pureza que tiene. Te guste o no su música, es un artista muy auténtico y puro.
Ahondando en tu faceta más personal, ¿qué significa la música para ti y cómo te ha ayudado en los momentos más difíciles de tu vida?
La música siempre me ha ayudado mucho. Cuando dije que tenía cáncer de mama, el disco “Pokito a poko” estaba recién grabado. Por esa época, Eduardo Casañ y yo, que éramos los únicos que quedábamos de Chambao, lo dejamos como pareja (llevábamos desde 1995).
Esto no lo contamos públicamente, por lo tanto, de cara al público, Chambao seguía siendo una banda, pero no era así. Cuando me diagnosticaron cáncer, yo hablé con la discográfica y decidí no hacer ni gira ni promoción. Mi vida se centró completamente en que tenía cáncer de mama. Por lo tanto, el disco ya llevaba tres meses en la calle, sin promoción y si nada.
A los tres meses me operé y me di la primera sesión de quimioterapia. Y ahí vi que, realmente, solo era cuestión de quedarme calva. Por lo tanto, hice un pacto con mi oncólogo y le dije que necesitaba no estar todo el día en el sofá siendo la enferma, necesitaba hacer más cosas con mi vida.
El pacto fue que mi hermana Aurora viniera conmigo y así recibiese ese apoyo por parte de un familiar. Ahí empecé a irme de gira y de promoción y me di cuenta de que cada día tenía más fuerza. Si pasas de algo pequeño a algo más grande, ponte música y canta y baila. Haz aquello que tu salud te permita hacer, porque de verdad que ayuda un montón.
De hecho, actualmente, hay muchos estudios neurológicos que lo demuestran. Yo sigo mucho a Nazareth Castellanos, una neuróloga que está investigando sobre cómo el mindfulness, es decir, la meditación, influye en el cerebro. Me parece una neuróloga fuera de serie. De acuerdo con los resultados de sus investigaciones, el estado emocional en tus neuronas y en tus células cuando bailas, además de saludable, es sanador.
Por lo tanto, yo recomiendo poner música, cantar y bailar. En definitiva, tener siempre música cerca, porque de verdad que ayuda un montón. Para mí, el seguir haciendo conciertos, cantando y bailando, fue una terapia.
En parte, me curó la música. Por supuesto, también influyó la quimio, la radio y conversaciones que tuve conmigo misma. Creo que la mayoría de las enfermedades son psicosomáticas, por lo tanto, algunas condiciones físicas se pueden agravar por factores mentales.
Echando la mirada hacia el futuro, ¿qué planes tienes para tu carrera musical?
Tengo varios frentes abiertos. Estoy terminando de grabar un documental sobre mis veinte años en la música, pero aún no sé qué título ponerle, barajo tres posibilidades [risas] y tampoco tengo claro aún si colgarlo en mi canal oficial de YouTube.
Además, en 2022 comencé mi gira “XX”, para celebrar mis 20 años trabajando en la música. En este tour grabé varios conciertos. Uno de ellos fue en la Plaza de Toros de Málaga, que lo llamé “La Mari de Chambao y amigas”. Vino la Maui de Utrera, Nya de la Rubia, Esmeralda Rancapino, Vanesa Martín y Rosario La Tremendita. Hay testimonios de ellas, también incluye una entrevista mía… tiene una mirada bastante poética.
Es un documental donde muestro tanto lo que digo como aquello que no digo, en imágenes y en conversaciones. Es mi recorrido en estas dos décadas haciendo música.
También estoy escribiendo un libro que, al igual que el disco, se llama “En la cresta del ahora”, y que verá la luz el año que viene, con Alienta Editorial, que es una coeditora de Planeta. En esta obra hablo de aspectos muy interesantes sobre la Programación Neurolingüística, ámbito en el que me gustaría profesionalizarme en un futuro no muy lejano, y especializarme en mi sector, en la música.
Estoy segura de que, a través de los recursos y las herramientas que vaya aprendiendo, me puedo poner al servicio de los demás y ayudarles. En definitiva, voy con todo. Con el disco, con la gira, con el libro ¡P’ adelante con todo y muy feliz!
¡No te pierdas ningún concierto de su gira!