Redacción: Miriam Méndez
Fotografias: Esther Vázquez
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Festival Río Babel 2023: un viaje musical que cautiva a más de 50.000 asistentes en su quinta entrega
Los comienzos son complicados porque traen consigo retos desconocidos, imprevistos no anticipados y reglas únicas. A pesar de que los organizadores del Festival Río Babel en Madrid ya cuentan con una trayectoria sólida, marcada por su quinta edición, quien redacta este texto jamás había tenido el placer de adentrarse en el ambiente eléctrico de un festival de música tan variopinto como este.
Por ello, el viernes, día inaugural del Río Babel 2023, se consagra como una jornada de comienzos; de músicos que, mientras algunos están dando sus primeros pasos en el panorama musical, otros ya portan la insignia de la veteranía. Y de espectadores de todas las edades que, un año más, experimentan la música en su forma más pura: en vivo, acompañados, al descubierto y con actuaciones ininterrumpidas que impulsan a la multitud a trasladarse de un escenario a otro.
La entrada al recinto se hizo de rogar entre alguna que otra pequeña confusión y el largo zigzag que forman las vayas para conseguir la ansiada pulsera. Pero por fin, tras cruzar el puente sobre el río Manzanares, llegué a la inmensa esplanada dividida en dos escenarios, la zona de restaurantes y las carpas alternativas del festival: la del Babel Comedy, por donde pasaron La Ruina, Lalachus, La pija y la kinki y Ana Morgade, entre otros muchos cómicos.
A continuación, la gama de opciones gastronómicas se desplegaba como un tapiz culinario de proporciones desbordantes. Los precios de las bebidas danzaban entre los cuatro y los 16 euros, albergando una variedad suficiente para seducir cualquier paladar. La comida, por su parte, ofrecía un elenco de food trucks de lo más diverso: raciones de pizza entre cuatro y cinco euros, envolventes wraps y burritos cuyos precios fluctuaban entre los 8 y 12 euros, y hamburguesas jugosas por valores que oscilaban entre los cinco y 14 euros.
Además, los organizadores se aseguraron de satisfacer las necesidades de los asistentes con preferencias vegetarianas y veganas, así como de aquellos con paladares ávidos por descubrir sabores internacionales. Se podía disfrutar de la cocina venezolana, famosa por sus arepas, y la argentina, cuyas empanadas Malvón arrasaron entre los comensales. Llamaba también la atención una propuesta de gastronomía árabe, cuyas delicias variaban entre los 3.5 y 10 euros: Durum Beirut, Manoushe Mushakan, Naan Estambul, Fatayer Tripoli y Manoushe Biblos.
Sin embargo, para aquellos que preferían disfrutar de una comida más casera, el festival permitía traer cualquier tipo de alimento desde casa, desde tuppers repletos de delicias hasta bocadillos y sándwiches. También se permitía la entrada de botellas blandas de hasta un litro sin tapón, y era posible usar vasos propios del festival, llevar cremas solares, mochilas y riñoneras.
El Río Babel 2023 tampoco se olvidó de las necesidades de descanso y relax de sus asistentes: había dispuesto varias zonas de reposo, amplias y equipadas con bancos y mesas. Estos oasis de calma ofrecían un lugar donde los asistentes podían disfrutar de su comida, tomar un respiro y relajarse, preparándose para la siguiente ola de emocionantes actuaciones musicales.
Y para aquellos que deseaban añadir un toque de glamour a su día o llevarse a casa un souvenir único, el festival albergaba rincones de belleza, donde incluso se ofrecía la oportunidad de adornarse con tatuajes, creando así un recuerdo tangible y duradero de esta experiencia singular.
Estos detalles contribuyeron a que las tres jornadas festivaleras fuesen lo más completas posibles, gracias a los espectáculos de numerosas bandas de música y artistas que merecen un espacio propio en esta humilde crónica.
Viernes 30 de junio de 2023
La quinta edición del Festival Río Babel tomó las riendas de la noche madrileña, cautivando a más de 50.000 espectadores en su día inaugural. Desde impresionantes conciertos hasta momentos de diversión garantizada con Babel Comedy, el festival regaló un fin de semana repleto de sensaciones intensas.
La jornada del viernes, 30 de junio, dio su pistoletazo de salida con las deslumbrantes presentaciones de 31 FAM, Daniel, me estás matando y Sen Senra, que tuvo la oportunidad de estrenar en directo su nuevo álbum PO2054AZ (Vol. I).Además, las sorpresas emergieron rápidamente, entre ellas, la colaboración de Álvaro Díaz que se unió al artista gallego en el escenario para regalar a la audiencia su interpretación conjunta de 1000 canciones.
Tras aparecer en el escenario principal con Sen Senra, la cantante, compositora y multiinstrumentista Julieta Venegas actuó en el secundario ante una nutrida audiencia. La artista mexicana, acompañada por su banda, repasó su cancionero interpretando algunos de sus grandes éxitos como Me Voy y Limón y Sal, pero también haciendo hincapié en su octavo álbum de estudio Tu Historia (Lolein Music/Altafonte, 2022). Combinando su característica voz con varios instrumentos (teclado, acordeón, guitarra…), ofreció un trabajado concierto que sus más fieles seguidores aplaudieron desde el principio hasta el final.
Cinco, cuatro, tres, dos, uno… Comienza una cuenta atrás en la pantalla del escenario Johnnie Walker. Después de un emocionante viaje en el tiempo con los éxitos imperecederos de Julieta Venegas, había llegado el turno de entonar melodías con Álvaro de Luna. La multitud, constituida en gran medida por jóvenes, esperaba con ansia la aparición en escena del exintegrante de Sinsinati, cuyas canciones resonarían también en aquella noche de leyendas.
Pero volvamos a la emocionante cuenta atrás. Cinco, cuatro, tres, dos… Antes de terminar de contar, Álvaro de Luna, vestido con una camiseta rasgada de Guns and Roses, apareció en el escenario, radiante, bajo las primeras melodías de Nos quedará, canción que precedió a Cuando Éramos Dos y Mi Lugar, haciendo mención especial a Sinsinati.
Así, el músico sevillano brindó un apasionante directo en el que, respaldado por su dinámica banda, rescató temas de su primer disco y presentó algunos de su próximo álbum Uno (Warner Music, 2023). Con una espectacular puesta en escena que incluía humo, pirotecnia y luces en algunos de sus temas como Juramento eterno de sal, Olvidé Olvidarte, y Salir Con Vida, entre muchos otros, el cantante y guitarrista apeló a los clichés pop para enardecer a la multitud. Con su look de chico malo rockero, el artista disfrutó de cada instante sobre el escenario y, consciente de su rol, aprovechó el tiempo al máximo, hasta el último aliento.
Las 22:50 horas de la noche. Todo sigue igual: un amplio recinto, tres grandes escenarios, miles de personas riendo y bailando… Sin embargo, algo parece haber cambiado. De hecho, lo que ven mis ojos no se corresponde en absoluto con el año 2023, en el que, hasta ese instante, me encontraba.
Fue como si un túnel del tiempo nos hubiera transportado instantáneamente a una época diferente. De repente, el rock más auténtico, con ese aire sesentero y juvenil, tomó por asalto a cuatro músicos, ataviados completamente de blanco, con pantalones de campana y el ocasional sombrero, provocando que el público se moviera al ritmo de una genuina beatlemanía.
Se trata de The Guapos, una banda conformada por Adán Jodorowsky, David Aguilar, Jay de la Cueva y el propio Leiva (en la batería), que desató un torbellino musical en Madrid desde uno de los escenarios del Festival Río Babel.
Hace poco leí una entrevista donde Leiva confesaba fundar este grupo con sus compañeros mexicanos debido a su anhelo compartido por tener una banda de rock&roll juntos. “Revivir ese espíritu de banda de garaje. Retorno a la batería, mi instrumento. Música para bailar y olvidarse de las penas", afirmaba el artista.
Y así se materializó, con temas como Soy un Guapo, Objeto Sensual, Boogaloo o Mis Amigos del Rock. A pesar de su reciente formación, la banda demostró que sus miembros poseen una vasta experiencia en el ámbito musical. De hecho, además de presentar su álbum debut Hey! (2023), los Beatles contemporáneos rindieron tributo a Tequila y Chuck Berry.
Sin duda, su actuación fue una placentera reinvención del rock clásico, con gritos que evocaban a la audiencia de Elvis, y que, en apenas una hora de música, consagró al grupo como uno de los actos más destacados de la primera jornada del Río Babel.
Esta es la historia de cuatro amigos de la infancia. Cuatro chicos cuyo camino se cruzó cuando tenían nada más que cinco años.
Es precisamente esta historia la que los cuatro miembros de Morat narraron a los allí presentes, en el escenario principal del Festival Río Babel, a las 23:55 horas de la noche. Los hermanos Vargas Morales y los "Juan Pablos" (Isaza y Villamil) han provocado olas en la escena musical mundial durante varios años. Sus éxitos, que van desde 506 a Porfa No Te Vayas, y desde Segundos Platos hasta Adónde Vamos, brillaron con intensidad ante una multitud, la más grande de la jornada, que fue testigo de un espectáculo visual que combinaba pantallas, luces láser, humo, fuego y todo tipo de adornos que realzaron su meticulosa presentación.
En ciertos momentos, parecían encarnar la esencia de Mumford & Sons, en otros, la de Coldplay, pero siempre manteniendo su sello definitivo: un impecable profesionalismo y una gran dedicación. Sus contagiosas melodías, finamente elaboradas, fueron aclamadas por un público entusiasta que celebró cada movimiento realizado por el cuarteto. Desde un principio, eran los cabezas de cartel de la jornada y mostraron, sin lugar a duda, que se habían ganado ese puesto con total merecimiento.
Sábado 1 de julio de 2023
La segunda jornada de la quinta edición del Festival Río Babel tuvo un protagonista claro: Juan Luis Guerra que, acompañado por su banda 4.40, compuesta por catorce músicos, se convirtió en el centro de atención de la noche del sábado, promoviendo una celebración de vida y danza frente a 18.000 asistentes, según cifras oficiales. Pero, dejando los números a un lado, el artista dominicano logró encender la fiesta en la capital. Sin embargo, no pueden faltar en este espacio otros artistas que se presentaron antes de su actuación.
Entre ellos, destacó Mr Kilombo que, bajo el liderazgo del cantante y guitarrista Miki Ramírez, brindó uno de los espectáculos más aclamados de la tarde. Su actuación, repleta de vitalidad en el escenario secundario, enloqueció a todos los allí presentes. El artista presentó un repertorio variado de canciones como Tiempo al Tiempo, En Plena Calle, y Cabecita Loca, combinando con maestría estilos variados como rock, reggae y ritmos latinos. El rendimiento enérgico y consistente de su banda no solo superó las expectativas, sino que también resaltó la excelente condición de Mr. Kilombo justo antes de la publicación de su muy anticipado nuevo álbum.
El escenario Johnnie Walker fue el anfitrión del recital personal y cercano del cantante y guitarrista Álvaro Lafuente, más conocido en el ámbito de la música como Guitarricadelafuente. Este joven talento de Castellón, que se ha convertido en uno de los artistas más aclamados en la escena musical reciente, ofreció su actuación sentado, mayormente, con su guitarra acústica, y respaldado por otros músicos.
Su singular amalgama de estilos musicales, que incluyen ritmos flamencos, rumba, indie, rock y folk, dieron vida a su conmovedora selección de canciones. Sin embargo, el momento culminante fue su interpretación única de A Mi Manera, que fue entonada por miles de asistentes que disfrutaban de su presentación.
Por su parte, el grupo Tremenda Jauría, originario de Madrid, hizo una entrada impresionante en el escenario secundario, logrando que la audiencia bailara y saltara al ritmo de su música y letras reivindicativas. Su último álbum Todxs Igual, que vio la luzen 2022, sigue generando asombro en cada presentación en vivo. Así, con su característico estilo cumbiatón, los madrileños brindaron un show en vivo que dejó al público arrebatado.
Con su estatura imponente (1,92 cm), un traje color fresa y unas zapatillas deportivas blancas, Juan Luis Guerra leyó en la noche del sábado el último parte del telediario. A eso de las once y media, y con una luna casi llena iluminando La Caja Mágica, ubicada al sur de la autopista M-30, comunicó que “la gasolina sube otra vez, el peso que baja, ya ni se ve, y la democracia no puede crecer, si la corrupción juega ajedrez”. Contó muchas otras cosas, pero esta lectura de la actualidad caló particularmente hondo. Eran, ni más ni menos, los versos de El Costo de la Vida, una canción que publicó en el año 92 y que ese día conmovió a todas las generaciones que se habían reunido en uno de los momentos más esperados del festival Río Babel.
A sus 66 primaveras, y tres décadas después de su primer Grammy y su primera gira importante por España, Juan Luis Guerra dominó el sur de Madrid. Así, justo un día después de que Morat tomara el recinto, el ritmo dominicano de Guerra se convirtió en el protagonista principal del evento. De hecho, su actuación triplicó la asistencia del viernes, llenando el lugar con banderas de América Latina y decenas de miles de espectadores que no dejaron de bailar durante los 120 minutos de concierto.
Comenzó el espectáculo con Ay Rosalía, una canción que tiene 33 años de vida, seguida por La Travesía y La Llave de mi Corazón, de 2007. A pesar del tiempo transcurrido entre cada uno de sus éxitos, su voz y su fusión característica de "merengue, bachata y son" se mantuvieron intactos. Su música es simple y directa, sin margen para sorpresas, pero al mismo tiempo rica y compleja, gracias a la gran variedad instrumental que incorpora.
Y, a pesar de que muestra signos evidentes de envejecimiento, lo más importante, su voz, sigue intacta. Sus conciertos suenan igual que sus discos de estudio, un hecho a destacar en la era del autotune. No hay fallos ni necesidad de tecnología.
Durante el concierto, el dominicano viajó por numerosos géneros musicales y logró mantener a su audiencia en vilo, donde españoles y venezolanos predominaban en número. Sus mayores éxitos sonaron de principio a fin, con Niágara en Bicicleta y Burbujas de Amor cerrando el primer bloque del concierto. Tras un intermedio de 15 minutos, Guerra volvió al escenario para una segunda parte de crítica social, café y bilirrubina.
Su crítica a la política continuó con Ojalá Que Llueva Café, y el Festival Río Babel estalló con Las Avispas antes del gran final: La Bilirrubina, aquel clásico global que unió a españoles, venezolanos y dominicanos.
Domingo 2 de julio
Y, de esta manera, alcanzamos el domingo, llevando en alto el estandarte del indie en la última jornada del festival. De hecho, ya antes de entrar, los seguidores con camisetas de La MODA, Arde Bogotá y Jamiroquai se contaban por decenas.
Pero antes de que las actuaciones más esperadas de la noche tomaran el escenario, el público ya había calentado motores, y en un sentido literal, porque el sol ardía con fuerza, todo ello animado por los ritmos vibrantes de Colectivo Panamera y la energía contagiosa de Balkan Paradise Orchestra, una banda repleta de vitalidad y buen ambiente.
Calor que, minutos después, se suavizaría gracias a la lluvia que acompañó la entrada de La MODA en el escenario. De nuevo, un calor agobiante y la melodía de Una canción para No Decir Te Quiero resuena en el recinto. ¿Encima de la tarima? Un montón de gente vestida de manera similar, todos ellos Nómadas de Burgos, y por un momento, nosotros también.
Es un grupo encantador, tanto por lo que hacen como por la forma en que lo hacen, un fenómeno genuino en este mundo lleno de imposturas y pretensiones. Su música es una mezcla de folk arenoso, rock bailable y un poco de country alegre. Suenan Miraflores, Vasos Vacíos, Himno Nacional y la canción de la Vuelta a España: 1932. Pedaleamos y saboreamos, levantamos los puños.
Un ruidoso final de alto nivel con Mañana voy a Burgos. En definitiva, un set sólido y agradable. El grupo nunca decepciona.
Arde Bogotá está en un ascenso constante y es incierto hasta dónde llegarán, pero son excelentes avalistas en vivo. Son potentes y revigorizantes, y tienen el don de llevar el rock a un lugar destacado en el panorama indie.
En su primera toma en contacto con el público, liberaron a Los Perros y atrajeron a una multitud considerable en el segundo escenario, donde los asistentes saltaban y se desinhibían con placer al ritmo de Abajo, Besos y Animales y la oportuna Qué Vida Tan Dura, que invita a la locura. Los murcianos mantuvieron un ritmo firme, golpearon fuerte, a veces muy fuerte y, por si fuera poco, anunciaron su regreso a La Riviera el 11 de noviembre. Cowboys de la A3, Virtud y Castigo, Exoplaneta, Antiaéreo, fueron algunos de los temas que más conectaron con el público.
La verdad es que, a pesar de su corta trayectoria, los chicos de Arde Bogotá tienen un repertorio sólido. Finalmente, como despedida y cierre, la banda interpretó Cariño. Otra victoria para ellos.
También hubo espacio para Alizz, que trasladó su magnífico álbum Tiene que haber algo más al escenario, respaldado por una banda notablemente competente y efectiva. También presentó un fuerte influjo de funk, como en Fatal, con guitarras particularmente pegadizas, y en Amanecer, una canción realmente emotiva, a mi parecer. Lo cierto es que este chico mejora mucho en sus presentaciones en vivo. "Mañana va a doler, pero es que estoy tan bien", se convierte en el lema de un domingo largo y despreocupado, como si el lunes nunca fuera a llegar. Pero siempre llega, siempre lo hace.
El ansia y la expectación del público por ver a la banda londinense era palpable, evidenciado por los silbidos que empezaron a sonar a las 22:15 horas, cuando aún no habían aparecido en el escenario. Abundaban tocados de plumas entre los espectadores, un claro indicio del fervor que despiertan Jamiroquai, pero solo uno tenía relevancia. Estos adornos son, al parecer, un símbolo de autoridad. Por tanto, y como era de esperar, Jay Kay hizo su entrada estelar con el tocado más grande del Río Babel, dando inicio al gran espectáculo de funk del evento.
Kay irrumpió en el escenario con la energía de un joven, bailando y desplazándose incansablemente por la tarima durante todo el concierto. Main Vein, Little L y Space Cowboy se alternaban con los bailes del público y la inagotable vitalidad del líder de la banda. Todo Río Babel entonó Alright, y Jason no tuvo más opción que sacar su móvil para capturar el momento. En otro de sus memorables gestos, el cantante de 53 años recordó que habían pasado "30 años desde que empezamos": "Algunos de vosotros aún no habíais nacido y otros erais solo una idea, así que vamos a volver al comienzo". Y, sin más dilación, sonó When You Gonna Learn, lanzada en 1993.
El repertorio se enfocó en las canciones de sus primeros cinco álbumes, exceptuando la interpretación de Time Won't Wait, por lo que fue un auténtico viaje nostálgico a través del funky. Incluso dedicaron al festival madrileño "algo que no hemos hecho en mucho tiempo", que resultó ser la canción que titulaba su tercer álbum, Travelling Without Moving.
Pero Jamiroquai tenía un as en la manga y reservó sus mayores éxitos para el final: Cosmic Girl, Canned Heat, Love Foolosophy y Virtual Insanity sonaron consecutivamente, logrando que Río Babel se entregase completamente a ellos. Esta última debía marcar el final del espectáculo, pero como no todos los días se tiene la oportunidad de ver a Jamiroquai en vivo, decidieron hacer un encore no planeado: “Fuck it, let's do it".
Sin embargo, la canción que eligieron pilló a más de uno por sorpresa: Deeper Underground, de la banda sonora de Godzilla. De 1998.
El festival concluyó con las presentaciones de Peces Raros y Bomba Estéreo, nombres destacados para una edición que ha conseguido atraer a una variedad impresionante de públicos, con la fusión musical como protagonista indiscutible. La expectación por las sorpresas y propuestas musicales que traerá la próxima edición del Festival Río Babel es alta. Por ahora, solo nos queda esperar.