James Gabriel Keogh es Vance Joy, un joven australiano que saltó a la fama internacional en 2013 con ‘Riptide’, aquella canción que todo aprendiz de ukelele tiene en su repertorio. Ahora, vuelve a los escenarios con una gira mundial para dar a conocer ‘In Our Own Sweet time’, su tercer y último álbum grabado en directo en la ópera de Sydney. 

En su paso en España ha visitado Madrid, el 20 de abril, en La Riviera; y Barcelona, el 22 de abril, en Razzmatazz, haciendo sold out en ambos conciertos, y es que hacía dos años que el cantante no pisaba tierras españolas. 

‘Don’t fade’ o ‘Missing piece’ son solo algunas de las nuevas canciones que Vance interpretó en el concierto, dejando espacio para tocar sus antiguas reliquias dentro del indie pop-rock que le ha dado a conocer como cantautor, como ‘Riptide’, ‘Red eye’ o ‘Saturday sun’. Un viaje por el recorrido musical del artista, a quien le acompañaba toda una banda compuesta por un teclado, una guitarra eléctrica (porque la acústica estaba, indiscutiblemente, en manos de Vance), una batería y un duo de metales compuesto por saxo y trompeta. Una oda a la música en vivo y en directo.

En su amor por España, Vance ha reconocido que las tierras españolas le han servido de inspiración para escribir. Y así lo ha demostrado con ‘Catalonia’, una canción de amor dedicada a Cataluña, donde vivió con su pareja durante unos meses de pausa entre giras después de la pandemia. 

Y es que las canciones de Vance se reconocen desde la primera nota, y así lo demuestran sus fans tan solo de escuchar los primeros arpegios de ‘Georgia’, que marcan la melodía de una de las canciones más famosas del artista. Y es que además, entre los cambios de guitarra, Vance también cogió en un par de ocasiones el ukelele, un gesto tan simple, pero que ya le servía a su público para conocer cuál iba a ser la siguiente canción.

Pese a tener un repertorio de sobra para hacer un concierto con originales, Vance ya ha sorprendido más de una vez al público interpretado covers, y esta vez no iba a ser menos cuando empezó a cantar un mashup de ‘Gimme! Gimme! Gimme!’, de Abba con ‘Hung up’, de Madonna, la mejor forma de hacer saltar a toda la sala para acabar el concierto con ‘Lay it on me’, con un público que ya formaba parte del coro que le acompaña. 

Con alegría como apellido, Vance Joy dedicó este concierto a la celebración, pero también a la intimidad que se crea en un escenario al cantar solo con su guitarra y enfrente de su público, generando una atmósfera en la que transpira el amor y la dedicación del artista por la música.