Fotografías: Esther Vázquez
Redacción: Vanesa Gomez
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Iván Ferreiro Revoluciona Madrid con su Trinchera Pop
La noche del 13 de enero, el WiZink Center se convirtió en la catedral de la música, y el sumo sacerdote de la trinchera pop, Iván Ferreiro, nos llevó a todos en un viaje sonoro que ni el jet lag pudo opacar.
Arrancó con "Canciones para no escapar", y si alguien pensaba que estaba allí solo para escuchar, es que no conocía a Ferreiro. La trinchera pop, esa parcela íntima que guardamos en el corazón, dejó de ser un escondite solitario para convertirse en una fiesta donde todos eran bienvenidos. Y por fiesta, me refiero a una fiesta en la que hasta las lágrimas bailaban.
No hubo respiro. Con "La Gran Belleza y juventud" nos llevó de paseo por la nostalgia, y antes de que pudiéramos decir "¡Madre mía, qué temazo!", ya estábamos coreando los clásicos de Los Piratas como "Años 80". La trinchera pop, según Ferreiro, es un lugar donde las décadas bailan juntas, y esa noche lo comprobamos todos.
Las colaboraciones fueron la salsa picante en el plato principal. Juancho Marqués metió su flow en "El Faro", y _juno hizo que "El pensamiento circular" fuera un huracán de buen rollo. Pero el éxtasis llegó con "El equilibrio es imposible", donde Santi Balmes y Ferreiro nos demostraron que la química en el escenario no tiene fórmula, pero se siente.
¿Y qué decir de las dos horas de concierto? Más que un concierto, fue un viaje por la montaña rusa emocional de Ferreiro. Risas, lágrimas, y más risas. Cada nota, cada comentario entre canciones, nos acercaba más a ese universo llamado trinchera pop.
Pero más allá de las notas y las bromas, lo que marcó la diferencia fue la autenticidad de Iván Ferreiro. El tío no solo canta, te habla, te hace reír y, en un momento de genialidad, hasta te hace pensar.
Y así, entre canción y canción, risas y aplausos, Madrid se rindió ante la trinchera pop de Iván Ferreiro. Esa noche no fue solo un concierto, fue una experiencia compartida, un encuentro mágico donde la música, las risas y el carisma nos unieron a todos. ¿Cómo se vivió ese día? No fue solo un concierto, fue un pedacito de la historia musical de Madrid que quedó tatuado en la piel de cada presente.