Fotografías: Esther Vázquez
Redacción: Ester Lozano
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La M.O.D.A. en Madrid: Un Adiós Temporal Sellado con Colaboraciones Estelares
La Maravillosa Orquesta del Alcohol (La M.O.D.A.) escribió el capítulo final de su intensa gira en el WiZink Center de Madrid el 25 de noviembre. Este evento no solo marcó el fin de una etapa, sino que también se convirtió en una celebración de la música, la poesía y la conexión única que La M.O.D.A. ha cultivado con su audiencia a lo largo de los años.
El grupo, originario de Burgos, ha forjado su identidad sonora fusionando folk, punk, rock, pop y rap. Desde su formación en 2011, han recorrido más de 550 actuaciones en todo el mundo y han dejado su huella con seis álbumes. La decisión de tomarse un descanso hasta 2025 se presenta como un merecido respiro, pero antes de bajar el telón, la banda ofreció una última hazaña musical que dejó a su público extasiado.
El concierto comenzó con "Nubes Negras", desatando una marea de emociones que se mantuvo constante a lo largo de las dos horas de actuación. Uno de los momentos más destacados fue la serie de colaboraciones sorpresa que enriquecieron el repertorio.
Pucho de 'Vetusta Morla' se unió al escenario para darle su toque único a "La Inmensidad". La química entre Pucho y La M.O.D.A. creó una sinergia que resonó en cada rincón del WiZink Center. Eva y Juan Aguirre de ‘Amaral’ hicieron lo propio con una versión conmovedora de "Nómadas". La fusión de estilos y la profunda conexión emocional dejaron claro por qué estas colaboraciones eran tan esperadas.
La Molinera de las Tanxugueiras aportó su esencia gallega en "La Molinera", transportando al público a paisajes sonoros inexplorados. Pero la noche no solo fue una oda a la diversidad musical, también fue un acto de inclusión. 'Conchi', la intérprete de lengua de signos, compartió el escenario, permitiendo que la música de La M.O.D.A. trascendiera barreras y tocara corazones de manera más profunda.
David Ruiz, el carismático vocalista, descendió del escenario durante "Hay un Fuego", llevando la experiencia a otro nivel. La conexión directa con el público creó un momento íntimo y memorable. Sin embargo, la emoción alcanzó su punto álgido cuando Ruiz rompió a llorar durante "Colectivo Nostalgia".
Este concierto no fue solo un adiós, fue una afirmación de la influencia duradera de La M.O.D.A. en la escena musical española. Mientras el telón bajaba, y los acordes finales de "Mañana voy a Burgos" se desvanecían, quedó claro que esta pausa temporal no es un final, sino un capítulo que deja a los fans ansiosos por el regreso de La M.O.D.A. en 2025.