Fotografías: Julia Almazán Romero
Redacción: Sandra Alcaide Barrón
Está prohibido difundir las imágenes sin consentimiento previo.
Marilia arrasa en la mítica sala Galileo Galilei
Marilia arrancó ayer la gira de su primer disco “Prenderé una velita”. Algo tan bueno no podía empezar en otro sitio que no fuera la sala Galileo Galilei, sala donde nos confesó que vio uno de sus primeros conciertos al mudarse a Madrid hace 5 años.
Desde antes de salir siquiera al escenario, ya podían oírse elogios y gritos dedicados a la cantante, y es que todos estábamos expectantes por ver cómo sonaría el disco en directo, y por contemplar su reencuentro con los escenarios.
El ambiente que se respiraba en la sala era un ambiente íntimo a la par que familiar, ya que siempre es un placer para cualquier artista (y para nosotros como público) poder pisar un escenario como el de la Galileo Galilei, una de las salas más míticas y peculiares de Madrid. La sensación de asistir a un concierto allí se siente exactamente como estar viviendo un concierto en tu propia casa, a pesar de las cientos de personas que había.
Arrancó el concierto y la artista nos emocionó a todos cantando “Pequeñito” junto a “El chelista”, que le acompañó con su instrumento. El tema iba dedicado a su sobrino Matías que se encontraba entre el público.
La voz, la delicadeza al cantar, la forma de interpretar de Marilia…te atrapaba en cada una de las canciones. Tiene la capacidad de transportarte a aquel lugar, a aquella emoción de la que habla la canción; y ahí te lleva, de la mano, durante todo el concierto sin poder apartar la atención de ella ni un solo segundo.
Uno de los momentos más bonitos de la noche fue cuando sus ex compañeras de Operación Triunfo: Sabela, María Escarmiento, África y Julia Medina, subieron al escenario con ella. Juntas cantaron la parte final de “A las niñas”: “y volver a despertar en aquella primavera con la lluvia en mi balcón, con tus rizos en la hierba y con las niñas a mi vera.”
La artista canaria es puro sentimiento, y dentro de esos sentimientos que alberga por supuesto también se encuentran la diversión y la felicidad, las cuales nos transmitió al cambiar el transcurso musical del concierto y deleitarnos con unas cumbias. Entre ellas, una divertida versión de la famosa canción “Dile” de Don Omar.
El concierto acabó con la canción que da nombre al disco, y tras varios minutos de ovación que retuvieron a la cantante en el escenario, la dejamos marchar. Haciéndole saber mediante aplausos que lo que pasó el día 22 de febrero en Madrid lo recordaría para siempre (y nosotros también).